domingo, 7 de junio de 2020

"Revivir a Dios en el encuentro con el otro"

El gran secreto cristiano es que Dios, ante todo y sobre todo es Padre maternal, que nos enseña misericordia y que nos pide que esa misericordia que nos tiene, que nosotros la tengamos con las personas con las que nos encontramos. Esto es, que nosotros seamos imagen y semejanza de Dios.
El imperativo cristiano es que tú te encuentres con Dios en el encuentro con el otro. Porque, o encontramos a Dios en las relaciones interpersonales o no lo encontraremos en ningún lado.
El rostro del otro es el que nos interpela. ¿De quién es ese rostro? Del que sufre, del injustamente condenado, del que lo está pasando mal en la vida, del que tiene cada vez más problemas de subsistencia tanto desde el punto de vista físico como moral.
Si Dios se ha humanizado para que nosotros nos divinicemos, la única manera que tenemos de divinizarnos es abrirnos a la humanización con los otros.
El hombre isla pierde la posibilidad de enriquecerse de la complementariedad de las relaciones humanas.


Esta es la gran lección que Jesús nos transmite, que cuanto más nos damos a los demás, en lugar de empobrecernos, nos enriquecemos. De ahí que la dinámica del Evangelio, es la dinámica de la fecundidad y la generosidad de Dios, que, nos fecunda y nos hace generadores de vida.
(De la conferencia "Revivir a Dios en el encuentro con el otro" del Dr. Juan Antonio Estrada, S.J.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo más leído