Cáritas,
CONFER, el Sector Social de la
Compañía de Jesús y Justicia y Paz expresan su rechazo
absoluto al acuerdo aprobado entre la Unión Europea y Turquía sobre personas refugiadas.
Martes, 22 de marzo 2016.- Las entidades de acción social de la
iglesia en España- Cáritas, CONFER, Sector Social de la Compañía de Jesús y
Justicia y Paz- rechazamos el acuerdo suscrito el pasado 18 de marzo entre la Unión Europea y Turquía
sobre personas refugiadas. Dicho acuerdo evidencia el fracaso de la Unión Europea en la
adopción de una política común de asilo y en brindar protección a las personas
refugiadas, otorgando prioridad al control de fronteras. Europa está negando
abiertamente la hospitalidad a quienes abandonan involuntariamente sus hogares
huyendo de la guerra, la persecución y el hambre. El Acuerdo suscrito es un
cambio cosmético, no sustancial respecto al pre- Acuerdo, lo calificamos de
deshumanizante y discriminatorio y dudamos que sus medidas puedan aplicarse.
Por todo ello denunciamos que:
- El Acuerdo presenta cambios más cosméticos que sustantivos respecto al Pre-Acuerdo que sancionaba las expulsiones colectivas. Si bien el Acuerdo prohíbe expresamente las expulsiones colectivas e insiste en que las solicitudes de asilo se resolverán individualmente, la celeridad de los plazos previstos, la falta de mención del derecho a recurso del solicitante de asilo y, sobre todo, la consideración de Turquía como "Estado seguro"- y, en consecuencia, la devolución a dicho país de las personas refugiadas- plantea enormes contradicciones. No puede decirse que, hoy por hoy, Turquía sea un país seguro dado que no ha suscrito el Protocolo de la Convención de Ginebra, solo otorga el estatuto de refugiado a ciudadanos europeos y no brinda la protección y los derechos (de educación, salud, protección, trabajo, etc.) que ésta lleva aparejada. Si bien es cierto que Turquía acoge actualmente a casi 2.800.000 personas refugiadas, sus condiciones son extremadamente precarias. Otro punto fundamental es que, actualmente, Turquía no garantiza la no devolución al país de origen donde la vida de la personas puede correr peligro. Finalmente, lo más probable es que, aunque se diga que se atenderá a las solicitudes de manera individual, la gran mayoría de las personas que a partir de hoy entren en Grecia desde Turquía serán devueltas a dicho país. Si no "colectivas", se prevé que las expulsiones sean rápidas y sistemáticas. En la práctica, las islas griegas se convertirán en campos de internamiento llenos de personas, que huyen de la persecución y de la guerra, y que serán devueltas forzosamente a Turquía, donde no quieren retornar y que actualmente no reúne los estándares de protección adecuados. Solicitamos que se pongan todos los medios para que las solicitudes de asilo que se presenten puedan ser tramitadas con todas las garantías y con pleno respeto a los derechos humanos, tal y como se establece en la directiva sobre procedimiento de asilo.