Esta
ha sido una de las demandas expresadas esta mañana en la sede de
Cáritas Española en Madrid durante la presentación del documento «La prostitución desde la experiencia y la mirada de Cáritas»,
en el que se analiza la realidad de este grave fenómeno social a partir
de las experiencias de vida de las mujeres acompañadas por los
distintos proyectos de Cáritas en todo el Estado, y que están en la
calle, en los clubs, en los centros de día y las casas de acogida,
inmersas en la realidad, recogiendo sus propias palabras y testimonios.
El informe ha sido presentado por Paco Cristóbal, director del Área de Desarrollo Social de Cáritas; Hilde Daems, responsable del Programa de Mujer, Prostitución y Trata de Cáritas; Mª Luz Vicent, del Proyecto “Jerejere”, de Cáritas Valencia; y Lourdes Pazo, del Proyecto “Vagalume”, de Cáritas Santiago de Compostela.
A
lo largo de casi ochenta páginas, el documento analiza cuál es la
realidad actual de la prostitución -un ámbito de la exclusión social en
la que Cáritas viene trabajando desde principios de los 80-, cuáles son
los criterios de intervención en este terreno a la luz de la Doctrina
Social de la Iglesia y cuál es la propia visión de Cáritas sobre este
fenómeno.
La
publicación se cierra con un amplio capítulo de propuestas que permitan
transformar la realidad social que sustenta la persistencia de este
problema.
Mujer joven, de origen extranjero y bajo nivel educativo
A
partir del análisis de los datos de atención de los últimos años
(2011-2014), el informe extrae una imagen global de la realidad de la
prostitución atendida desde Cáritas en ese período.
Otro dato que muy significativo es que la gran mayoría de mujeres acompañadas (más del 80%) son de origen extranjero.
Aunque en los años de la crisis económica se ha apreciado un cierto
aumento de las mujeres españolas que ejercen la prostitución, la
desproporción es importante, si se tiene en cuenta que la población
extranjera representa un 12% de la población residente en España.
En cuanto a la nacionalidad de las mujeres,
Nigeria, Rumanía y Brasil están entre los países de origen más
frecuentes, aunque tienen también bastante representación República
Dominicana y Colombia. Nigeria, Rumanía y Brasil siempre figuran también
entre los principales países de origen de las mujeres víctimas de trata
con fines de explotación sexual, tanto en España como en el resto de
Europa.
En cuanto a la edad y nivel formativo,
una buena parte de las mujeres acompañadas por Cáritas no supera los 35
años y cuentan con un nivel educativo bajo; en su mayoría, no llegan a
tener estudios secundarios. Asimismo, muchas de las mujeres acompañadas tienen menores a su cargo, bien en España, bien en su país de origen.
De manera genérica, el
perfil de la persona que ejerce prostitución y que se está acompañando
en los proyectos de Cáritas es el de una mujer joven, extranjera, con un
bajo nivel educativo y, en muchos casos, con algún menor a cargo.
Son mujeres que, además, dejan atrás en sus países de origen situaciones
de pobreza, exclusión, discriminación e, incluso, violencia.
Es
importante constatar que los perfiles han variado mucho y siguen
modificándose: cambian los países de origen, así como las formas que
adquieren los procesos migratorios y el ejercicio concreto de la
prostitución.
Impacto de la crisis
Asimismo,
en la difícil coyuntura social actual se constata que algunas de las
mujeres solo encuentran como posibilidad de subsistencia para ellas y
para sus hijos el mantenerse en el ejercicio de la prostitución. Esta
situación explica que algunas de ellas hayan vuelto a esta actividad,
incluso después de unos años de haber tenido trabajo, tras haber agotado
todas las prestaciones.
Lo
que señala la experiencia de Cáritas es que el regreso al mundo de la
prostitución acontece cuando se atraviesan momentos de dificultad
económica en el núcleo familiar; aunque ésta suele ser la última de las
opciones, se encuentra presente. Muchas veces se retoma esta actividad a
espaldas del núcleo familiar, ocultando la realidad a la pareja y a los
hijos bajo variados pretextos.
El problema de la trata de personas
Aunque
el tema central es la prostitución, el documento aborda también la
trata de personas con fines de explotación sexual, un delito del que son
víctimas una parte de las mujeres y niñas que ejercen la prostitución
en España.
La
existencia de esta realidad está marcando, desde hace unos años, la
intervención de los proyectos de Cáritas que trabajan en contexto de
prostitución. Dicha intervención, en los casos de trata de personas,
necesita de herramientas y aprendizajes distintos, ya que, dada la
diferencia entre trata y prostitución, las mujeres objeto de trata son
consideradas como víctimas de un delito y, por tanto, son titulares de
una serie de derechos según la legislación nacional e internacional
vigente.
El
trabajo con personas que son víctimas de trata es especialmente
complejo por varias razones. La más importante de ellas tiene que ver
con la falta de conciencia de las mujeres de su condición de víctimas y
de sus derechos como tales. El trauma que representa la experiencia
vivida, las consecuencias psicológicas del estado de esclavitud, el
autodesprecio y la vergüenza como marcas indelebles, el miedo por sí
misma y por sus familiares, la desintegración de su identidad y de su
capacidad de elegir sobre el curso de su vida, son todos factores que
muchas veces impiden la comprensión del problema.
Proyectos en Valencia y Santiago de Compostela
En
el encuentro informativo se han presentado dos experiencias
significativas de Cáritas en el terreno de la prostitución, un ámbito en
el que la institución trabaja desde comienzos de los años 80. Mª Luz
Vicent y Lourdes Pazo han aportado distintas facetas del acompañamiento
que se realiza a través de los proyectos que coordinan cada una de
ellas: «Jerejere», de Cáritas Diocesana de Valencia, y «Vagalume», de
Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela.
El
objetivo general de las acciones desarrolladas tanto a través de estos
dos proyectos como del resto de centros y recursos repartidos por todo
el país (Las Palmas, Orense, Burgos, Ponferrada, Huelva, Granada, Lugo y
Zaragoza) es siempre la mejora de las condiciones de vida de las
mujeres en contexto de prostitución y de las víctimas de trata. Para
ello, Cáritas impulsa un modelo de acompañamiento individualizado a cada
una de las mujeres participantes, apoyándolas en sus procesos
personales hacia una opción de vida libre y autónoma, y en el respeto de
su voluntad y de sus derechos.
Propuestas
“La
prostitución desde la experiencia y la mirada de Cáritas” dedica un
amplio capítulo final a recoger una serie de propuestas orientadas a
transformar esta realidad donde la prostitución implica exclusión
social, la pobreza, la violación de derechos humanos, la violencia, la
desigualdad y la invisibilidad. Una realidad que, como se indica
textualmente “no encaja con nuestros valores fundamentales, nuestros
principios y nuestras creencias, basados todos ellos en las enseñanzas
de Jesús y en la verdad del amor de Dios que se plasma en el encuentro
entre personas”.
Para
Cáritas, “una sociedad madura y consciente, compuesta por hombres y
mujeres en situación de igualdad de oportunidades, y con el respeto a la
dignidad humana por encima de cualquier otra cosa, es una sociedad
donde no hay necesidad ni de ejercer la prostitución ni de consumirla”.
En
la situación actual, y para seguir caminando, el documento plantea una
serie de propuestas en los ámbitos de los derechos, la educación en
valores, la sensibilización y denuncia, el acompañamiento, y la
explotación y trata de personas.
El documento concluye con unas palabras que el Papa Francisco
dirige a todos los cristianos este año con motivo del Jubileo
Extraordinario de la Misericordia, confiando que allí donde esté
Cáritas, las personas en situación de prostitución encuentren siempre
“un oasis de misericordia”.
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