Las
entidades de acción social de la
Iglesia que trabajan con refugiados y migrantes —Cáritas,
CONFER, el Sector Social de la
Compañía de Jesús y Justicia y Paz— expresan su consternación
y su más absoluto rechazo ante el acuerdo alcanzado ayer en Bruselas entre la Unión Europea y
Turquía que permitirá devolver a territorio turco a todos los refugiados que en
los últimos meses han llegado a Europa desde las costas del Egeo.
Estas
entidades quieren denunciar un acuerdo inédito, que supone un giro radical en
la política migratoria y un serio retroceso en materia de derechos humanos. De
hecho, la Unión Europea
ha decidido comprar, con el desembolso de una partida extraordinaria de 3.000
millones de euros adicionales al Gobierno de Ankara y otras contrapartidas, la
contención de los refugiados fuera de las fronteras comunitarias y permitir la
devolución —incluso colectiva— a Turquía de todas las personas refugiadas que
llegan a la Unión.
Con
ello, la imagen de una Europa de los mercaderes vuelve a emerger como
escandaloso colofón a la larga serie de acciones caóticas, confusas y
represivas que en los últimos meses vienen adoptándose contra los refugiados en
la Frontera Este.
El
acuerdo adoptado con Turquía viola los convenios internacionales y europeos
ratificados por los Estados miembros que prohíben expresamente la devolución de
personas que son objeto de persecución o víctimas de guerra. Es, por tanto,
inaplicable. Además, supondrá un incremento mayor si cabe del inmenso saldo de
sufrimiento, dolor y muerte por parte de quienes siguen arriesgando cada día
sus vidas mientras buscan bienestar, seguridad y protección a las puertas de
Europa.
Pedimos
a los Estados miembros que defiendan la Convención de Ginebra y se atengan a los valores
proclamados en sus constituciones. Instamos una vez más a la UE a que ofrezca canales
legales y seguros para acceder a nuestro territorio, garantizando la protección
de los derechos humanos y la dignidad de estas personas que huyen del terror y
la desesperación.
Invitamos
a la comunidad cristiana y a toda la sociedad a expresar su rechazo inequívoco
a este acuerdo, que condena a todos esos seres humanos —mujeres y niños en su
mayoría— a ver cercenados sus anhelos de libertad.
Como el Papa Francisco señaló
en su discurso ante el Parlamento Europeo, “Europa será capaz de hacer frente a
las problemáticas asociadas a la inmigración (…) si es capaz de adoptar
políticas correctas, valientes y concretas que ayuden a los países de origen en
su desarrollo sociopolítico y a la superación de sus conflictos internos —causa
principal de este fenómeno–, en lugar de políticas de interés, que aumentan y
alimentan estos conflictos. Es necesario actuar sobre las causas y no solamente
sobre los efectos”.
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