lunes, 30 de marzo de 2015

Jueves Santo: Día del Amor Fraterno ¿Qué haces con tu hermano?

El Jueves Santo celebramos la institución de la Eucaristía que es la fuente, el corazón de nuestra fe y el alimento de nuestra caridad. También celebramos el Día del Amor Fraterno, pues no se puede separar la celebración de la Eucaristía y el amor a los hermanos. 

Recordamos cómo nos interpela Cáritas en su lema institucional: ¿Qué haces con tu hermano?, una llamada urgente que nos interroga y nos rescata de ser cómplices en la indolencia; es una llamada a vivir volcados en la realidad que vivimos, en la de las personas que ven recortados sus derechos cada día. Es una llamada que busca conmovernos y movernos ante las injusticias cotidianas de un estilo de vida cómodo y superficial. El día del Amor Fraterno nos invita a vivir un amor que se expresa en el servicio humilde y gratuito, al estilo de Jesús. Tal y como recordó el Papa Francisco al inicio de su Pontificado: “el verdadero poder es el servicio

Ama y vive la justicia en todos tus gestos cotidianos, con honestidad, derrochando generosidad y valentía, No dejes pasar de largo las oportunidades que tienes de hacer el bien. 

Por tanto, la celebración del Jueves Santo es un buen momento para mostrar las ganas de vivir este Amor Fraterno teniendo en cuenta a nuestro hermano e intensificando nuestro testimonio de la caridad.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Campaña Solidaria de recogida de pañales y leche infantil

Del 21 al 29 de marzo, el Centro de Orientación Familiar de la Diócesis organiza una campaña solidaria de recogida de pañales y leche infantil que se destinarán a las familias más desfavorecidas atendidas por Cáritas, Adevida y Red Madre. La entrega puede hacerse a través de las parroquias.

Esta iniciativa se enmarca en la Jornada por la Vida que se celebra el 25 de marzo bajo el lema “Hay mucha vida en cada vida”.

sábado, 21 de marzo de 2015

Día contra la Discriminación racial: Cáritas alerta sobre las persistencia en nuestras comunidades de prejuicios y actitudes excluyentes

Con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se celebra el 21 de marzo, Cáritas quiere hacer un llamamiento a revisar nuestras actitudes y comportamientos personales y colectivos.
 
Se trata de una invitación especialmente oportuna en un momento de la historia en el que parecería que nuestra sociedad hubiera superado algo tan elemental como la discriminación por razón de raza u origen. Preguntar en nuestras comunidades cristianas e instituciones si somos racistas, puede percibirse como extraño u ofensivo. Sin embargo, la frecuencia con que escuchamos comentarios como “yo no soy racista, pero...” deja al descubierto la persistencia de prejuicios, estereotipos y actitudes excluyentes y sesgadas que son, con frecuencia, fruto de la ignorancia o el desconocimiento.
 
Más allá de actitudes que corresponden a la esfera de lo personal, muchas decisiones políticas no contribuyen positivamente a que esos síntomas sociales de discriminación se transformen. Destacamos, con especial énfasis, la merma de recursos presupuestarios destinados a apoyar la integración de los inmigrantes y a reforzar la intervención en los ámbitos socioeducativos. O la falta de los compromisos necesarios para garantizar la labor de análisis de la realidad que llevan a caso organismos como el Observatorio Permanente de la Inmigración (OPI) y el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe), cuya continuidad está en peligro.
 
Al mismo tiempo, en las calles y barrios de nuestras ciudades continúan las actuaciones policiales selectivas con marcado sesgo racial, que tienen lugar, incluso, a las puertas de servicios sociales. Asimismo, el derecho de asilo en nuestras fronteras parece estar sujeto a restricciones en función de la procedencia geográfica, sin tomar en consideración ni tratados ni convenciones internacionales.
 
En esta Jornada, Cáritas apela también a la responsabilidad de quienes pretendan obtener apoyo electoral a cambio de enrarecer con mensajes xenófobos y racistas el clima de convivencia social. No podemos olvidar que las condiciones de precariedad y vulnerabilidad que afecta en nuestro país a miles de familias, se deterioran todavía más cuando las relaciones sociales se impregnan de actitudes racistas y excluyentes que, en la vida diaria, arruinan en muchos casos las posibilidades de crear redes vecinales y solidarias. 
 
Como señalan los obispos españoles en su mensaje para Jornada del Emigrante y el Refugiado de este año, “no podemos contentarnos con la mera tolerancia”. “En la comunidad cristiana –aseguran-- no caben reticencias que impidan o dificulten acoger a personas de procedencias y culturas diferentes”. 

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