Cáritas
Internationalis, junto a otras organizaciones humanitarias y agencias
de la ONU —OCHA, UNICEF, PAM, ACNUR, OMS y el consorcio Interacción— han
difundido un llamamiento a la comunidad internacional para poner fin a
la guerra en Siria. Este es el texto de esa declaración, a la que se
suma Cáritas Española:
«Hace
tres años, los dirigentes de las organizaciones humanitarias de las
Naciones Unidas hicieron un llamamiento urgente a todos aquellos que
pudieran poner fin al conflicto en Siria. Pidieron que se hicieran todos
los esfuerzos posibles para salvar al pueblo sirio. “Ya basta”,
dijeron, de tanto sufrimiento y derramamiento de sangre.
Eso fue hace tres años.
Ahora, esta guerra brutal se acerca a su sexto año. Continúa el derramamiento de sangre. Y el sufrimiento se agrava.
Por
ese motivo, hoy, nosotros, los dirigentes de organizaciones
humanitarias y de las agencias de las Naciones Unidas, realizamos un
llamamiento no sólo a los gobiernos sino a cada uno de ustedes
–ciudadanos del mundo– para que alcen sus voces a fin de detener esta
carnicería. Para exhortar a todas las partes a que alcancen un acuerdo
de alto el fuego y busquen un camino hacia la paz.
Más
que nunca, el mundo necesita escuchar una voz pública y colectiva que
exija el fin de estas atrocidades. Porque este conflicto y sus
consecuencias nos afectan a todos.
Afecta
a todos aquellos que han perdido a sus seres queridos y sus medios de
vida en Siria, que han tenido que huir de sus hogares, o que viven
desesperados bajo el asedio. Hoy en día, alrededor de 13,5 millones de
personas necesitan ayuda humanitaria en el interior de Siria. No es
simplemente una estadística. Son 13,5 millones de seres humanos cuyas
vidas y cuyo porvenir están en peligro.
Afecta
a las familias que, con pocas posibilidades de obtener un futuro mejor,
se embarcan en peligrosos viajes en busca de refugio en tierras
extranjeras. Debido a la guerra, 4,6 millones de personas han huido a
los países vecinos o a otros más lejanos.
Afecta
a toda una generación de niños y jóvenes que, privados de educación y
traumatizados por los horrores que han vivido, ven cómo la violencia
configura cada vez más su porvenir.
Afecta
a personas que viven más allá de Siria, que han visto cómo las
violentas repercusiones de la crisis han llegado a las calles, las
oficinas y los restaurantes que se encuentran cerca de sus hogares.
Y afecta a todos aquellos que, en todo el mundo, ven como el conflicto influye de manera invisible en su bienestar económico.
Aquellos
que tienen la capacidad de impedir el sufrimiento pueden –y, por lo
tanto, deben– actuar ahora. Hasta que haya una solución diplomática al
conflicto, dichas acciones deben incluir:
•Acceso
sin restricciones y constante para que las organizaciones humanitarias
brinden socorro inmediato a todas las personas que lo necesiten dentro
de Siria;
•Pausas
humanitarias y alto el fuego incondicional y supervisado para permitir
la distribución entre los civiles de alimentos y de otra ayuda urgente,
para organizar campañas de vacunación y de salud, y para facilitar el
regreso de los niños a la escuela;
•Cese
de los ataques contra las infraestructuras civiles para mantener la
seguridad de las escuelas, los hospitales y los suministros de agua;
•Libertad de movimiento para todos los civiles y cese inmediato de los asedios en todas partes.
Estas son acciones prácticas. No hay ninguna razón práctica que impida su realización si existe la voluntad de hacerlo.
En
nombre de nuestra humanidad compartida, por el bien de los millones de
inocentes que han sufrido ya tanto y en nombre de los millones de
personas cuyas vidas y cuyo porvenir se encuentran en peligro, pedimos
que se tomen medidas ahora mismo.»
Respuesta de Cáritas Española
La
Confederación Cáritas Española ha estado desde el primer momento al
lado de la población afectada por la guerra en Siria y de las Cáritas
locales, tanto en la región de Medio Oriente como en los países de
tránsito que están siendo el escenario del éxodo de refugiados sirios en
toda la frontera este de Europa.
Junto
al apoyo solidario que Cáritas Española viene prestando desde el inicio
del conflicto a las Cáritas de Jordania, Líbano y Turquía para hacer
frente a la acogida a millones de refugiados sirios, en los últimos
meses se ha ofrecido respuesta puntual a las distintas llamadas de
emergencia de las Cáritas europeas para afrontar la llegada de
refugiados a sus países. La respuesta más reciente ha sido el envío de
40.000 euros a Cáritas Macedonia en un proyecto de cuatro meses centrado
en asistencia a la población refugiada en este país. Estos fondos se
unen a los 300.000 euros enviados ya a otras Cáritas de la región, como
Serbia, Croacia, Grecia, Eslovenia y Bulgaria.