Bajo el título “La Eucaristía no configura
con Jesús compasivo y misericordioso”, los prelados de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal
Española lanzan su mensaje anual con motivo de la celebración de la festividad
del Corpus Christi, Día de la
Caridad, en el que invitan a vivir una “cultura de la
compasión” que acoja a “los descartados de ayer… y de hoy”.
Este es texto íntegro
del mensaje:
FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI,
DÍA DE LA CARIDAD
(29 de Mayo de 2016)
MENSAJE DE LA COMISIÓN EPISCOPAL
DE PASTORAL SOCIAL
La Eucaristía nos
configura
con Jesús compasivo y misericordioso
Al
celebrar la fiesta del Corpus Christi en el marco del Jubileo Extraordinario de
la Misericordia,
la contemplación y adoración del Señor en el sacramento de la Eucaristía nos ayuda a
crecer y avanzar en el camino de la compasión. Este camino, recorrido por Jesús
hasta el extremo, se hace presencia y memoria permanente para nosotros en este
sacramento.
La
Eucaristía,
sacramento de la compasión de Dios
La Eucaristía, centro y
fuente de toda la vida de la
Iglesia, es el gran sacramento de la compasión de Dios:
·
El Dios que vio el sufrimiento de su pueblo,
escuchó su clamor y compadecido lo liberó de la esclavitud, sigue escuchando el clamor de su pueblo
y ofreciendo su vida por él en el sacramento de la Eucaristía.
·
El Dios que un día marcó las puertas de las
casas de sus hijos con la sangre del cordero pascual, liberándolos así del
exterminador, nos marca hoy en cada Eucaristía con la
sangre derramada de su Hijo.
·
El Dios que dijo a Moisés “yo soy el que soy”
(Ex 3,14), está junto a nosotros en la aflicción, se hace compañero de camino y
nos muestra su compasión en la Eucaristía por medio de su
Hijo Jesucristo.
·
El Dios que alimentó a su pueblo en el
desierto con el maná cuando se encontraba exhausto por el hambre y angustiado
ante el riesgo de morir, nos ofrece en la Eucaristía un nuevo pan
para que quien lo coma no muera y tenga vida eterna.
·
El Dios que mantuvo su fidelidad a pesar de
las infidelidades de su pueblo (Ex 34,6-7), es el Dios siempre fiel que en la Eucaristía nos ofrece una
alianza nueva sellada con su sangre.
·
El Dios que en Jesús se conmovió ante una
multitud hambrienta, despertó la conciencia de los suyos y multiplicó el pan, en la Eucaristía nos abre los
ojos ante los hambrientos de la tierra y nos llama a poner nuestro pan a
disposición de los hermanos.
·
El Dios que en Jesús nos dijo que hay que
salir a los caminos para invitar al banquete a los pobres, los lisiados, los
ciegos y los cojos, nos invita en cada Eucaristía a sentar a
los pobres a la mesa.
·
El Dios que en Jesús nos amó hasta el extremo
y lavó los pies de los discípulos, cada vez que actualizamos su memoria en la Eucaristía renueva con
nosotros este gesto de compasión en la vida entregada y hecha servicio.
Discípulos
de Jesús compasivo y misericordioso
En la fiesta del Corpus Christi
celebramos el amor de Dios que, en el sacramento de la Eucaristía, nos ha
revelado la plenitud de su amor compasivo. Con Él nos alimentamos sentándonos a
la mesa con los hermanos para hacernos uno comiendo del mismo pan. Con Él nos
identificamos haciendo nuestro su proyecto salvador: El proyecto de una cultura
de la compasión y de la vida entregada en el servicio.