El último año, la
Confederación acompañó a unos 4 millones de personas a través de sus
proyectos sociales, en los que invirtió 328 millones de
euros
“Nuestras cifras más valiosas son las personas que nos han confiado su vida, con
las que juntos hemos creado nuevas oportunidades y esperanza”. Estas palabras
del presidente de Cáritas Española, Rafael del Río Sendino, resumen el
verdadero rostro de los datos que se recogen en la Memoria 2015 de la
Confederación, que se ha presentado esta mañana en Madrid.
En ella,
Cáritas da cuenta del destino de los 328,6 millones de euros invertidos
en sus distintos programas sociales por las 70 Cáritas Diocesanas del
país, que han permitido acompañar a más de 4 millones de personas
tanto en España como en los países del mundo más golpeados por la
desigualdad.
Junto al
presidente, el acto ha contado con las intervenciones de monseñor Atilano
Rodríguez, obispo de Sigüenza-Guadalajara y responsable de Cáritas en el
seno de la CEPS (Comisión Episcopal de Pastoral Social), y de Sebastián
Mora, secretario general de la Confederación.
La
Memoria 2015 de Cáritas Española refleja el compromiso de lucha contra la
pobreza y la desigualdad que se desarrolla a través de una red de más de
6.000 Cáritas Parroquiales repartidas por todo el estado y que se ha
visto consolidado en los últimos años, tanto en lo que se refiere al volumen de
recursos invertidos como al apoyo de una base social cada vez más
amplia.
84.000
voluntarios y 328 millones de euros invertidos
Así lo
confirma el número de 83.712 voluntarios que han sostenido la acción de
Cáritas en 2015 (un 2% más que en 2014) y los 328.642.469 euros
invertidos (que crecen un 7,5% con relación al año anterior), de los cuales
el 72,39 % proceden de aportaciones privadas y el 27,61% de fondos
públicos.
Gracias
al compromiso de voluntarios, colaboradores y donantes, ha sido posible generar
esperanza para muchas personas en situaciones difíciles. En concreto, las
acciones de Cáritas han llegado a un total de 4.053.743 personas, de ellas
1.974.358 dentro de España y otras 2.079.385 en los proyectos de cooperación
internacional desarrollados en los cinco continentes.
A pesar
del incremento de fondos, la austeridad sigue siendo unas de las señas de
identidad del trabajo de Cáritas, para cuya puesta en marcha diaria cuenta con
la labor de 4.677 personas contratadas (un número que se mantiene casi
constante en los últimos cinco años) y un porcentaje mínimo de gastos de
gestión y administración: de cada euro manejado, Cáritas solo destina a ese fin
6,64 céntimos.
Los
capítulos a los que la Confederación Cáritas en España sigue destinando mayor
volumen de recursos son, por este orden, Acogida y Asistencia (86
millones de euros), Empleo y Economía social (46,5 millones),
Mayores (36,3 millones), Personas sin hogar (28,2 millones),
Cooperación Internacional (27,7 millones), Familia (13,8
millones), Infancia (10 millones) y Vivienda (6,8
millones).
¿Cuál es
la situación de las personas acompañadas?
Las
condiciones de vida de las personas acompañadas por Cáritas siguen siendo de
extrema vulnerabilidad, aunque se está constatando una estabilización del
proceso iniciado entre 2013 y 2014 relacionado con estos
factores:
-
El número
de hogares sin ingresos ha sufrido una disminución en la última parte de 2015 y
primeros meses de 2016, situándose por primera vez desde el año 2013, por debajo
de los 700.000 (693.000).
-
Lo mismo
ha sucedido con los hogares con todos sus activos en paro, que se ha reducido
hasta el 8% desde el 10% de partida que se registraba en
2014.
-
La tasa
de desempleo ha pasado del 25% del segundo trimestre de 2014 al 20% en el mismo
trimestre del 2016.
-
El
desempleo de larga duración ha iniciado una tendencia decreciente, al pasar del
62% en 2014 al 58% en 2016. Sin embargo, el paro de muy larga duración no ha
sufrido grandes cambios, lo que apunta hacia su estancamiento y
cronificación.
A pesar
de estos síntomas, Cáritas no constata una mejoría en la situación de las
personas a las que atiende, sino más bien al contrario. De hecho, durante el
último año se ha seguido intensificado la gravedad de las situaciones de las
familias y personas acompañadas, por lo que la acción social de Cáritas ha
tenido que incrementarse para tratar de compensar la precariedad de sus
condiciones de vida.
Algunos
datos que muestran esta situación son:
-
El número
de ayudas que Cáritas ha tenido que realizar a las personas acompañadas sigue
creciendo: han sido necesarias una media de 7,4 ayudas por cada persona
beneficiaria de Cáritas. En el último año se ha incrementado más de un 3% la
cantidad de ayudas.
-
El
programa de Acogida y Asistencia (el termómetro que nos permite valorar la
gravedad de la situación actual) nos indica que, si bien se ha reducido el
número de beneficiarios, en el último año se ha incrementado en un 22% la
cantidad de recursos destinados a cada hogar.
-
Se ha
producido un incremento constante de familias especialmente
vulnerables:
o
Destaca
el aumento de las personas solas: un 6% en el último año y un 50% desde el 2011.
Actualmente, suponen el 27% de las familias atendidas.
o
Se ha
producido también un crecimiento de las familias monoparentales (que representan
el 19% de las familias atendidas): un 5% en el último año y un 90% desde el
2011.
o
Las
familias con hijos a su cargo acompañadas por Cáritas han vuelto a subir en el
último año y son ya el 42% del total de las familias
atendidas.
En
resumen, a pesar de los indicadores que hablan de que la situación está
mejorado, nos encontramos en un escenario que sigue siendo peor que el existente
en los primeros años de la crisis en nuestro país, si se tiene en cuenta que
desde 2011 la cantidad de ayudas que Cáritas aporta a las familias para tratar
de cubrir las necesidades básicas se ha incrementado casi un
40%.
Sebastián
Mora: “No son tiempos para relajar nuestra ayuda”
Por esa
razón, como ha señalado el secretario general de Cáritas en la presentación de
la Memoria anual, “no son tiempos para relajar la ayuda ni la inversión en ella,
sino más bien todo lo contrario”.
“Disminuir
ahora –ha afirmado Sebastián Mora— la intensidad de las medidas de lucha contra
la exclusión, dejando su solución en manos de la débil tendencia de mejora,
supone condenar a muchas personas y familias a instalarse en la zona de
exclusión social de una manera permanente”.
Monseñor
Atilano Rodríguez: “La misericordia abarca también la
denuncia”
Monseñor
Atilano Rodríguez, a su vez, subrayó cómo en esta coyuntura social y en este Año
de la Misericordia, “Cáritas quiere ser, de manera explícita, el cauce de la
comunidad cristiana y de la sociedad para asumir gestos concretos y cotidianos
destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu: nutrirlo,
visitarlo, consolarlo y educarlo”.
Para el
obispo responsable de Cáritas, la acción de la institución “no se agota en el
acompañamiento a las personas empobrecidas, a proteger su dignidad y garantizar
su pleno acceso a los derechos humanos, sino que, como nos recuerda el papa
Francisco, la misericordia abarca también la tarea de denuncia de las
estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la
idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades
más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran
sus puertas, negándose incluso a mirarlos”.
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