Con motivo de la celebración, el 1 de diciembre, del Día Mundial del SIDA,
Cáritas Internationalis ha difundido un mensaje firmado por su secretario
general, Michel Roy, y el asesor especial sobre VIH/Sida y Salud,
monseñor Robert J. Vitillo, en el que apuesta por “servir como actores claves en los esfuerzos para acabar
con el Sida como amenaza para la salud pública".
Este es el texto íntegro
del mensaje:
Cáritas y otras
organizaciones religiosas, actores claves
en los esfuerzos para acabar con el SIDA como emergencia para la salud pública
en los esfuerzos para acabar con el SIDA como emergencia para la salud pública
La Jornada Mundial del
Sida 2015 provoca sentimientos de pérdida y tristeza al recordar los millones de
personas que han perdido la vida por esta epidemia en los últimos 35 años. Sin
embargo, en esta ocasión también tenemos buenos motivos para tener esperanza.
Expertos en salud pública han demostrado la efectividad de las combinaciones de
medicamentos antirretrovirales (ARV) en la prolongación de las vidas de
alrededor de 15 millones de personas que ahora tienen acceso a ellos en todo el
mundo, incluyendo en muchos de los países de bajos ingresos. Los esfuerzos de
los Gobiernos, las industrias y los donantes privados, tanto a nivel bilateral
como multilateral, para promover la solidaridad mundial han tenido éxito en
cuanto a compartir recursos médicos que en un tiempo se limitaban a los "pocos
elegidos" con cada vez más de nuestras hermanas y hermanos en la familia humana.
Aunque todavía no tenemos una vacuna eficaz para prevenir la infección con VIH,
podemos estar agradecidos por otra señal de esperanza, concretamente el
diagnóstico temprano del VIH y el tratamiento temprano con los ARV, que son
eficaces para prevenir la propagación del virus mediante relaciones sexuales.
Desde que supimos de
esta epidemia, a principios de los 1980, Cáritas, al igual que sus
organizaciones hermanas de inspiración católica, las congregaciones religiosas y
las organizaciones vinculadas a otras comunidades religiosas, han estado en las
"líneas de frente" brindando atención y apoyo a nivel educativo, médico,
emocional, social, económico y espiritual a aquellos que viven con el virus.
Asimismo, hemos estado profundamente implicados en el acompañamiento de aquellos
que llevan la carga de cuidar de familiares enfermos, o que han enviudado o
quedado huérfanos como resultado de la enfermedad. Nuestra atención y cuidado se
brinda sin hacer distinción de raza, sexo, origen nacional o étnico, condición
socioeconómica, religión o falta de credo religioso.
Sin embargo, quizás sea
menos conocido el papel que hemos desempeñado en el suministro de tratamiento
antirretroviral y servicios adicionales de apoyo para millones de personas con
VIH. Recientemente, Cáritas Internationalis y la Red Católica para el VIH y el
Sida (CHAN, por sus siglas en inglés) finalizaron un estudio sobre el tema.
Nuestra investigación se originó debido a dudas y críticas en relación con los
programas de VIH de inspiración religiosa que habíamos escuchado en el curso de
los años; comentarios como "quizás ustedes tengan buenas intenciones, pero
simplemente no son lo suficientemente profesionales", "¿no es esto simplemente
una tapadera para hacer proselitismo?", "ustedes desarrollan sus servicios
independientemente del Gobierno y no siguen las pautas nacionales", "tienen que
aprender a hacer monitoreo y evaluación, ¿en dónde están los datos que
demuestren que ustedes con efectivos y eficientes?"…
La información contenida
en nuestro informe señala que se ha atendido a un número considerable de
personas, además de excelentes tasas de retención en tratamiento (para VIH y,
cuando es necesario, para tuberculosis) y reducción considerable de la carga
viral del VIH entre los atendidos en programas de tratamiento de organizaciones
de inspiración religiosa. He aquí unos cuantos puntos destacados:
• Catholic Relief
Services, una organización miembro de Cáritas de Estados Unidos de América,
coordinó el Programa de Ayuda Contra el Sida con otras organizaciones con sede
en Estados Unidos y sus contrapartes locales. El programa fue apoyado por PEPFAR
y canalizó 740 millones U$ a proyectos locales y nacionales en 10 países en el
curso de un período de 9 años. Atendió a más de 700.000 pacientes, de los cuales
casi 400.000 recibieron antirretrovirales y se dio formación a más de 30.000
miembros del personal en las instalaciones y en centros comunitarios de
tratamiento.
• En 2014, la
organización católica Ministerios Cabrini, que opera en Lubombo Lowveld en
Swazilandia, atendió a más de 2000 clientes VIH seropositivos, de los cuales 96
por ciento empezaron a recibir antirretrovirales; asimismo, atendió a unos 880
huérfanos y niños vulnerables.
• El año pasado, el
Programa de Ayuda contra el Sida del Decanato Este, operado por la Archidiócesis
de Nairobi, junto a los Padres y Hermanos Maryknoll, ofrecieron orientación
psicológica y pruebas de VIH a unos 126.000 clientes durante 2014 y alrededor
del 97 por ciento de los que dieron positivo ahora reciben antirretrovirales.
• Con la
coordinación y el apoyo técnico de la Oficina Médica Católica de Uganda, 142
puestos de salud vinculados a la Iglesia católica ofrecieron atención y apoyo a
un total de 69.103 personas con VIH que reciben antirretrovirales, incluyendo a
6.220 niños.
• Catholic HIV/AIDS
Services Incorporated en Papúa Nueva Guinea ofrece servicios de VIH a través de
su amplia red nacional de hospitales y centros de salud. Mantiene 24 clínicas de
tratamiento antirretroviral en algunas de las áreas más aisladas y marginadas
del país. Asimismo suministra antirretrovirales para mujeres con VIH y mujeres
embarazadas, y las mantiene en dicho tratamiento después del parto para evitar
la transmisión de madre a hijo antes, durante o después del nacimiento (a través
de la lactancia) y para mantener saludable tanto a la madre como al niño.
A pesar de estas
luminosas señales de esperanza, nuestro estudio también reveló, sin embargo,
apremiantes inquietudes en relación con la sostenibilidad de estos programas de
tratamiento. Algunos donantes gubernamentales y no-gubernamentales tradicionales
están recortando su apoyo debido a una serie de razones, incluyendo cambios en
sus prioridades. Se espera que los países de bajos y medianos ingresos compensen
estos recortes, pero dichos planes no siempre han sido implementados y, a veces,
programas de organizaciones de inspiración religiosa u otros programas de base
comunitaria no califican para financiación nacional. Además, algunos donantes
internacionales han cancelado su apoyo para servicios sociales y otros tipos de
servicios de apoyo, cuando, de hecho, estos programas son fundamentales para
atraer a personas para que se hagan la prueba temprana y mantenerlas en
tratamiento.
En esta Jornada Mundial
del Sida 2015, concluyamos este mensaje tomando especial nota del inspirador
mensaje enviado por el Papa Francisco a los participantes en la Sesión Inaugural
de la Octava Conferencia de la Sociedad Internacional del Sida sobre la
patogénesis, tratamiento y prevención del VIH, realizada en el mes de julio de
2015 en Vancouver. El Papa expresó su "aprecio por la labor y la dedicación
requerida" de los científicos, médicos y miembros de la sociedad civil que
participan en la respuesta mundial al Sida. Agradeció por las vidas salvadas por
el Tratamiento Antirretroviral Altamente Activo (HAART, por sus siglas en
inglés) y por el uso del "Tratamiento como Prevención", y señaló que dichos
esfuerzos "dan testimonio de las posibilidades de un resultado beneficioso
cuando todos los sectores de la sociedad se unen en un propósito común".
Finalmente, aseguró a los participantes que reza para "que todos los avances en
la farmacología, el tratamiento y la investigación sean igualados con un
compromiso firme para promover el desarrollo integral de cada persona como hijo
amado de Dios". Unidos con estas palabras del Papa Francisco, los que trabajamos
en organizaciones de inspiración religiosa nos consideramos privilegiados de
servir como actores claves en los esfuerzos para "acabar con el Sida como
amenaza para la salud pública".
Michel Roy, secretario
general de Cáritas Internationalis
Robert J Vitillo, asesor
especial de Cáritas Internationalis sobre VIH/Sida y
Salud
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