Ante
le celebración, hoy 30 de julio, del Día Mundial contra la Trata de
Personas, Cáritas Española llama la atención sobre la violación de
derechos humanos que para millones de personas en todo el mundo supone
esta denigrante forma de esclavitud moderna, que se estima que es el
segundo negocio ilegal más lucrativo a nivel mundial.
En esta jornada es necesario recordar las palabras del Papa Francisco
en 2013 a propósito de la trata de personas, a la que califica como “un
crimen contra la humanidad”, ante el que invita a “unir las fuerzas
para liberar a las víctimas y para detener este crimen cada vez más
agresivo, que amenaza, además de las personas, los valores fundamentales
de la sociedad y también la seguridad y la justicia internacionales,
además de la economía, el tejido familiar y la vida social misma”.
Pobreza y violencia, caldos de cultivo parta la trata
La
red Cáritas es testigo en todo el mundo de cómo la falta de
oportunidades y de un futuro digno, la pobreza crónica, la persecución,
la marginación o la guerra son el caldo de cultivo para que las personas
decidan migrar o escapar a otros países, buscando un futuro mejor y
menos incierto.
En
esa búsqueda y dado que los canales legales de migración escasean, son
caros y difíciles, las personas recurren, en su desesperación, a vías
alternativas de salida que, en ocasiones, son redes de tráfico de
personas. De forma involuntaria, el migrante entra en una red de trata,
lo que significa ser vendido para ser explotado laboral o sexualmente,
casado contra su voluntad o, en los casos más extremos, objeto de
trafico con sus órganos vitales. En muchas ocasiones, la captación tiene
lugar mediante la promesa de un contrato legal de trabajo, que acaba
siendo falso; en otras, el empleador confisca el pasaporte y los
documentos legales del trabajador, lo que impide su movilidad.
Todos estos supuestos son ejemplos dramáticos de lo que se define como “trata de personas”.
De Armenia a Costa Rica
Cáritas
Española apoya en países como Armenia, Tailandia, Myanmar, Mozambique y
Costa Rica, diversos proyectos de sus respectivas Cáritas nacionales
para acoger y acompañar a las víctimas de esta práctica execrable.
Cáritas
Armenia, por ejemplo, lleva a cabo en las comunidades rurales y las
zonas de frontera campañas de sensibilización sobre migración y trata
mediante la construcción de alianzas sólidas con los grupos de la
sociedad civil. Armenia es un país emisor de migrantes, en especial de
mujeres víctimas de trata hacia diferentes países de la Unión Europea y,
sobre todo, a los Emiratos Árabes.
En
Myanmar (la antigua Birmania), un proyecto de Cáritas que se desarrolla
en diversas diócesis del país se centra en la prevención del problema,
promoviendo --sobre todo entre la población más joven-- el uso de
canales de migración segura para quienes deciden salir del país y
alertando sobre aquellas vías de salida irregular que conllevan mayor
riesgo de caer en redes de trata. El destino preferido para la migración
laboral en Birmania es la vecina Tailandia, aunque la trata de mujeres
se dirige sobre todo hacia con China e India.
En
la diócesis tailandesa de Surat Thani, al otro lado de la frontera con
Myannmar, Cáritas desarrolla un programa basado en las denominadas
cuatro “P”: prevención, persecución, protección y partenariado.
El actual Gobierno tailandés está especialmente interesado en
regularizar la situación de los migrantes y en cercenar el negocio del
tráfico de personas, por lo que este proyecto pretende reforzar los
controles legales mediante la colaboración de todas las partes
involucradas. Para ello, la asistencia legal a los inmigrantes y las
victimas de trata se complementa con la colaboración de abogados a ambos
lados de la frontera.
Formación y prevención en Mozambique y Costa Rica
En
Mozambique, la actuación de Cáritas ante el drama de la trata se
desarrolla en varios frentes, que abarcan desde proyectos de formación y
prevención en las comunidades para que conozcan en toda su dimensión el
problema, puedan actuar ante los posibles captadores y sean capaces de
denunciar ante las autoridades la desaparición de alguna persona; hasta
la formación y sensibilizar de las autoridades locales para que las
leyes contra el tráfico y la trata de personas se apliquen con la máxima
contundencia.
En
este país africano, el destino principal de las víctimas de las redes
de trata es la explotación sexual y laboral en la vecina África del Sur,
junto a la extracción de órganos para su venta a países extranjeros que
los demandan.
Cáritas
Costa Rica aborda el problema de la trata bajo un enfoque global de
violación de los derechos humanos en los ámbitos de migración y refugio,
y orientado a la búsqueda
de soluciones estructurales. En este marco se desarrolla desde 2013 el
proyecto “Construcción de paz, equidad y tolerancia”, que apoya
Cáritas Española. Su principal objetivo es capacitar en la prevención
de la violencia a 200 agentes sociales que, una vez formados, realizarán
actividades de sensibilización en el respeto a los derechos humanos y
de prevención y denuncia de la trata de personas.
Este
proyecto, que se lleva a cabo la archidiócesis de San José y las
diócesis de Puntarenas, Tilarán-Liberia, Ciudad Quesada y Limón, busca
también que los grupos más vulnerables sean protagonistas de su propio
desarrollo e incrementen su capacidad de respuesta ante las distintas
formas de violencia.
Acción global a través de COATNET
En este marco global de trabajo contra la trata de personas, Cáritas Española participa en COATNET (Christian Organizations Against Trafficking in Human Beings),
la Red de Organizaciones Cristianas contra el Tráfico de Seres Humanos,
que celebró el año pasado en Madrid su reunión bienal. Esta cita sirvió
para debatir las estrategias sobre cómo fomentar las capacidades
operativas de las organizaciones participantes a la hora de identificar
casos de trata de personas para servidumbre doméstica, así como acordar
un plan conjunto de trabajo para el período 2014-2015.
Además, en ese encuentro se presentó la “GUÍA DIDÁCTICA SOBRE LA TRATA DE MUJERES Y NIÑAS CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL”,
realizada en nuestro país por el Grupo Intereclesial formado por el
Secretariado de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal,
Cáritas Española, la Fundación Cruz Blanca, Justicia y Paz, y la
Conferencia de Religiosos de España (CONFER).
No hay comentarios:
Publicar un comentario