miércoles, 21 de octubre de 2020

"NADIE SIN HOGAR" Campaña 2020 de Cáritas española


¿Quiénes son las personas sin hogar?


A- Personas que se encuentran sin alojamiento (Sin techo). Son personas que viven a la intemperie, en la calle o en un espacio público o exterior. También utilizan alojamientos de emergencia y que hacen uso nocturno de albergues.


B- Personas que se encuentran sin vivienda. Personas en alojamientos específicos. Mujeres víctimas de violencia, alojadas en recursos de protección. Personas en alojamientos para inmigrantes que viven en alojamientos temporales por su estatus de extranjeros o trabajadores temporeros. Personas de instituciones penales sin alojamiento disponible antes de terminar de cumplir su pena. Personas que permanecen hospitalizadas porque carecen de vivienda para su convalecencia. Menores que fueron tutelados por los poderes públicos que carecen de vivienda donde alojarse al pasar a la mayoría de edad) Personas sin ingresos suficientes que se encuentran viviendo en pensiones.


C- Personas que se encuentran alojadas en viviendas inseguras. Personas que se encuentran alojadas en una vivienda temporal, sin derechos legales o en condiciones de ocupación. Personas amenazadas por la ejecución de un desahucio. Personas que viven bajo amenaza de violencia por parte de las personas con las que convive.


 D- Personas que se encuentran alojadas en viviendas inadecuadas. Personas que viven en alojamientos móviles (que no son vivienda habitual), construcciones que no constituyen viviendas convencionales o estructuras semitemporales (chabolas o cabañas). Personas que viven en alojamientos sin permiso de habitabilidad. Personas que viven en viviendas hacinadas o sobreocupadas.


¿A que se enfrentan las personas sin hogar?


Cada persona cuando nace es poseedora de valores humanos y dignidad. Cuando se sufre una situación de sin hogar, se entra, a menudo, en un proceso de desesperanza y desesperación. La persona nunca pierde su dignidad, pero sí la capacidad para defenderla. Muchas de ellas han ido acumulando experiencias vitales traumáticas que suponen un daño a su estado psicológico, también muy drásticas y encadenadas que les afectan a la hora de clarificar y tomar decisiones en sus vidas. Además, durante este recorrido es normal que las principales fuentes de apoyo se vayan agotando (recursos económicos, familia y amigos).


Las esperanzas de las personas van desapareciendo en la medida que ven cómo sus esfuerzos no alcanzan para solucionar los problemas que se presentan, y que éstos, a su vez, se vuelven más complejos generando más sufrimiento; la motivación para cambiar se va modificando por una necesidad de adaptarse para sobrevivir y se crea la falsa ilusión de que no merecen más, reflejo además, del trato recibido por el entorno. Aparte de esto, en la sociedad también se genera un rechazo a las personas sin hogar, y se contribuye a crear ideas superficiales y a veces inciertas sobre el problema. Por ello estas personas tienen que hacer frente a:

ESTIGMATIZACIÓN: En muchas ocasiones nos movemos por prejuicios, etiquetas o estigmas que condicionan nuestra forma de ver y actuar, y con ello la atribución de aspectos negativos a las personas sin hogar.

 DISCRIMINACIÓN: Muchos estigmas van asociados a valores negativos o “políticamente incorrectos” y conllevan un rechazo simultáneo. Aún cuando se les quiera dar una oportunidad, es una oportunidad sobre el propio estigma.

 PÉRDIDA DE DERECHOS: Como resultado a todo este proceso, al final lo que prima no es el valor de la propia persona sino la situación en la que se encuentra y, como consecuencia se le niega el respeto que se merece o el trato igualitario.

REPETICIÓN DEL CICLO: La suma de todos estos factores acaba dándole más fuerza al prejuicio, agrabando la situación y aumentando la rabia y conflictividad. Y se produce un efecto “espiral” de la exclusión, por el que es mucho más sencillo entrar en ella que salir…


(Preguntas y respuestas. Elaborado por Cáritas Diocesana de Madrid)


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