jueves, 19 de enero de 2017

430 ENTIDADES DENUNCIAN LA PASIVIDAD DE LA U.E. ANTE LA OLA DE FRÍO POLAR QUE ESTÁ AFECTANDO A LOS REFUGIADOS EN GRECIA Y LOS BALCANES

Cáritas Española se suma a la petición de una operación eficaz y rápida, a nivel europeo, de protección contra el frío

Cáritas Española se suma a la petición que en las últimas 48 horas han suscrito 430 organizaciones de todo el país que trabajan en defensa de derechos humanos, migraciones y refugio, y de la sociedad civil, en apoyo del llamamiento “PARA QUE NO SE MUERAN DE FRÍO”, en el que solicitan una operación a nivel europeo de protección contra el frío de manera eficaz y rápida.

Las imágenes de los últimos días en las que decenas de miles de personas refugiadas están soportando la actual ola de frío polar sin un techo sobre sus cabezas, así como la congelación de miembros y muerte de varias de ellas, han impulsado a estas organizaciones (así como cientos de particulares que se han sumado de forma espontánea al documento) a solicitar a la Comisión Europea y al Gobierno español una operación eficaz e inmediata que disponga las medidas de emergencia necesarias de cara a garantizar las condiciones mínimas de habitabilidad de estas personas.

Las organizaciones firmantes manifiestan su profunda preocupación debido a que la situación actual de miles de refugiados en Grecia y los Balcanes pone en riesgo la vida de muchos de ellos y supone, en la práctica, un incumplimiento de las garantías mínimas que debe ofrecer la Unión Europea. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en sus dos primeros artículos, se compromete a preservar, proteger y respetar la dignidad humana, así como el Derecho a la vida; dos elementos, que a juicio de los firmantes, se están poniendo en entredicho.

Por ello, las organizaciones firmantes solicitan al Gobierno de España y a la Comisión Europea un papel mucho más activo para poner en marcha urgentemente una operación europea contra el frío en coordinación con los gobiernos de Grecia y los países de los Balcanes, a través del Mecanismo europeo de Protección Civil u otras acciones de emergencia que puedan poner en marcha los propios Gobiernos de la Unión, que dé una solución urgente e inmediata a estas personas, de forma independiente a sus procesos de documentación y /o reconocimiento de su condición de persona refugiada.

Este es el texto del llamamiento:

Solicitud al Gobierno de España y a la Comisión Europea 
PARA QUE NO SE MUERAN DE FRÍO:
LA UNIÓN EUROPEA DEBE CUMPLIR EL DEBER DE SOCORRO
430 entidades denuncian la pasividad de la Unión Europea
ante la emergencia humanitaria en Grecia y los Balcanes

Más de 75.000 migrantes y refugiados llevan meses varados en Grecia, la antigua República yugoslava de Macedonia, Serbia, Eslovenia, Croacia, Hungría y Bulgaria, muchos de ellos a la espera de su reubicación a otros países de Europa. El sufrimiento de estas personas se ha agravado con la llegada del invierno, uno de los más fríos en los últimos años. Las temperaturas bajo cero por la ola de frío polar que azota Europa estas semanas, unido a las pésimas condiciones en que viven muchas de estas personas ha provocado numerosos problemas de salud, congelación de miembros o incluso, riesgo de muerte.
A pesar de los esfuerzos llevados a cabo, el hecho es que la preparación de todos los campamentos para el invierno no se ha completado y muchos refugiados continúan viviendo en tiendas.
"Se trata de salvar vidas, no de papeleos y de cumplir las disposiciones burocráticas", ha advertido el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR). Médicos Sin Fronteras ha denunciado el pasado jueves que se han registrado ya casos de congelación de miembros entre los alrededor de 2.000 migrantes y refugiados que se encuentran atrapados en Belgrado, donde en los últimos días se han registrado temperaturas bajo cero. “Estoy seguro de que el número de casos de congelación será mucho mayor al final de la semana", ha añadido Andrea Contenta, subrayando que el pasado fin de semana en la capital serbia se alcanzaron los 16 grados bajo cero y que la ciudad está cubierta por 30 centímetros de nieve.
La semana pasada, refugiados y asociaciones trabajando en los campos de Grecia explicaban en el manifiesto WAKE UP EUROPE las terribles condiciones de vida con la llegada del frío. También desde Grecia, el Servicio Jesuita a Refugiados denunciaba el sufrimiento de miles de personas: “En el Norte de Grecia, un refugiado afgano ha fallecido por congelación a causa de las temperaturas de 14 grados bajo cero” señalaba Cécile Deleplanque. “Los campamentos de las islas están abarrotados y muchas personas continúan viviendo en tiendas”.
Las ayudas económicas destinadas a proteger a las personas refugiadas del invierno no parecen haber resultado del todo eficaces. El ACNUR alerta de la situación en la Isla de Samos donde unas 1.000 personas, incluidas familias con niños, se encuentran viviendo en tiendas de campaña sin calefacción. La situación en la ruta de los Balcanes es aún más grave, especialmente en la frontera entre Croacia y Hungría y Serbia, donde muchas personas refugiadas están afrontando las bajas temperaturas a la intemperie, ante el abandono e incluso hostigamiento de las autoridades. 
El invierno es un fenómeno natural que no podemos controlar, pero sí podemos y debemos atender las necesidades inmediatas de estas personas vulnerables. Europa no puede dejar morir de frío a las personas refugiadas y es responsable de darles  un trato digno.
Siempre que la magnitud de una emergencia sobrepasa las capacidades de respuesta de un país, el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea permite una asistencia coordinada de los Estados participantes. Este Mecanismo  apoya y facilita la movilización de los servicios de protección civil de los Estados Miembros para responder a las necesidades inmediatas de los países afectados por una catástrofe o en riesgo de sufrirla.
El Centro Europeo de Coordinación de la Respuesta a Emergencias (CECRE) es el núcleo operativo del Mecanismo europeo de Protección Civil. El CECRE trabaja en estrecha colaboración con las autoridades de protección civil de los Estados participantes en el Mecanismo, para coordinar una respuesta rápida a nivel europeo. El CECRE proporciona capacidad logística las 24 horas del día para supervisar y coordinar la respuesta. Además de los Estados miembros de la UE, en el Mecanismo de Protección Civil de la Unión, participan Islandia, Noruega, Serbia, Turquía y la Antigua República Yugoslava de Macedonia y Montenegro.
El Mecanismo europeo de Protección Civil se ha activado en algunos momentos de 2015 y 2016 para apoyo a los refugiados pero actualmente, sólo permanece abierto para Grecia -abajo figura el enlace a día 6 de enero- sin que se haya montado una operativa de emergencia específica con mayores medios para abordar la ola de frío actual.
Ante la emergencia humanitaria provocada por la llegada del invierno y la ola de frío polar en Europa, pedimos con carácter urgente:
1.    Al Ministerio de Interior y al Gobierno de España, que solicite la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil para organizar una respuesta coordinada europea que de forma urgente, asista a los refugiados afectados por la ola de frío en Grecia y los Balcanes.
2.    A la Comisión Europea, que ofrezca a Grecia y los países de los Balcanes la asistencia inmediata de dicho Mecanismo de Protección Civil para proteger a los refugiados de las bajas temperaturas que se dan estas semanas en Europa.


Acción de la red Cáritas en la Frontera Este
La red Cáritas está redoblado sus esfuerzos de acogida y protección a los migrantes y refugiados que se enfrentan a condiciones de máxima precariedad ante el impacto de la ola de frío ártico que afecta a Grecia, Serbia y Europa sudoriental.
Con temperaturas nocturnas inferiores a 20 grados centígrados bajo cero en algunas áreas, miles de migrantes están durmiendo prácticamente a la intemperie, en campos de acogida o edificios abandonados. Estas personas –afganos, pakistaníes, sirios e iraquíes en su mayoría— han huido de situaciones de conflicto e, incluso después de que las rutas de migración desde Turquía a Grecia fueran cerradas el pasado mes de marzo, las personas siguen intentado entrar en Europa por vías alternativas.
En Grecia, Caritas está proporcionando ayuda de primera necesidad a los refugiados que están en perores condiciones, al norte del país. Como señala Maristella Tsamatropoulou, portavoz de Caritas Hellas, "no hay calefacción alguna. La población local les está dando madera para hacer pequeñas hogueras o alimentar estufas. Queman todo lo que pueda arder para mantener el calor”.
En Serbia, más de 7.500 personas también están atrapadas en condiciones muy precarias, cerca de la frontera húngara, casi en estado de congelación. Según alertan responsables de la red Cáritas en la zona, "los campamentos en Serbia y Belgrado están superpoblados y miles de personas duermen a la intemperie".
"Caritas está en primera línea de la emergencia –añaden—, ofreciendo ropa, alimentos y ayuda médica a los migrantes y refugiados. "Hacemos todo lo que el Gobierno nos permite hacer, ya que la acogida a los inmigrantes en el país están bajo el control estricto del Gobierno y éste no quiere que las organizaciones de la sociedad civil operen de forma autónoma. Aunque tendríamos los medios para responder, no se nos permite hacerlo de forma adecuada".

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